Basta observarnos durante un día corriente para darnos cuenta de que en realidad nos quejamos del calor, del frío, de la inseguridad, del tráfico, de los políticos, de la situación económica, de los quebrantos de salud, de la pareja, de casi todo… Sin embargo, las quejas y los lamentos no ayudan en nada, al contrario, pueden hacernos sentir peor. ¿Cómo cambiar la actitud por una más positiva?
Emociones tóxicas
Muchas veces pensamos y transmitimos incansablemente los aspectos negativos de los sucesos, de las personas, de las circunstancias. Transformamos todo en tragedia. Lo que desconocemos es que la mala actitud, nubla aún más el panorama, agranda los problemas y esconde las soluciones o los aspectos favorables de cada situación. Además, este tipo de actitud emite un estado mental hostil, que se alimenta cada vez que la persona se queja, juzga y critica. Esto hace que las personas se vuelvan más vulnerables a las enfermedades y a los conflictos.
Todo lo contrario sucede cuando hay una actitud positiva de por medio, puesto que ésta brinda fortaleza, empoderamiento, y transforma las dificultades en fuentes de aprendizaje.
Otra mirada…
“Cambia la forma de ver las cosas, y las cosas cambiarán de forma”. Optar por lo positivo, debe ser una elección que marque nuestro estilo de vida, es decir, nuestro pensar y actuar debe estar en la permanente función de rescatar lo positivo. Al afrontar la vida de esta manera, se deja de lado las emociones que intoxican el cuerpo y el alma, todo se convierte en enseñanza, y esto proporciona las bases para ser feliz.